INFINITE (2021) de Antoine Faqua

Es una lástima cuando ves que un director que llegó a deslumbrar con una cinta como TRAINING DAY, que a mí me entusiasmó en su día, cae proyecto tras proyecto en productos anodinos, más o menos potables o directamente infumables. Esperas que remonte, pero parece que nunca llegará esa nueva obra que vuelva a fascinarte.

Faqua, como digo, ha rodado algunos films correctitos, pero alejados todos de la brillantez de la película protagonizada por Washington y Hawke. En el caso de INFINITE, hablamos de una de sus propuestas más fallidas.

Un argumento patatero que mezcla y afana de muchas otras muestras del género de ciencia ficción, y también del cine de acción más actual, pero cuyos ingredientes no cuadran y están muy mal cocinados. Personajes planos y con motivaciones díficilmente entendibles, con desarrollo cero, tramas y diálogos dignas de una clase de educación infantil, hacen de INFINITE un aburrido, previsible y superfluo film que se olvida nada más terminar de verlo. No sé cómo estará la novela que adapta, pero desde luego la versión cinematográfica es una castaña infinita.

Muy poca cosa.

Dos facciones diferentes de una raza de seres inmortales, que se reencarnan recordando sus vidas pasadas, así como sus experiencias y habilidades adquiridas durante cientos de años, luchan entre ellas por el destino de la Humanidad. Unos no se sabe muy bien qué hacen por el bien de los humanos mortales, los otros están hasta los huevos de vivir para siempre. Y precisamente un huevo es lo que necesitan para acabar con todo ser vivo. Mark Whalberg es el bueno que se reencarna y al que le cuesta recordar, Chiwetel Ejiofor (desatadísimo y exagerado) es el malo que busca un huevo extra para exterminar y exterminarse. Suena a argumento de garrafón? Pues eso. Huir.

THORGAL – INTEGRAL 5

En este nuevo tomo integral (impecablemente publicado por Norma Editorial) se inicia nuevo ciclo en las aventuras de Thorgal y compañía. Van Hamme decide dar un giro radical en los guiones poniendo a Thorgal en una situación muy diferente a la que nos tenía acostumbrado (y mira que el pobre las pasa canutas siempre), situación que afecta directa y trágicamente, también a su familia, Aaricia, Jolan y Loba.

Al inicio del álbum, y con el retorno de viejos conocidos, Thorgal decide sacrificarse por los suyos alejándose de ellos para evitarles el peligro que su compañía supone. Vagando por esos mundos vuelve a toparse con una de las favoritas de los fans, Kriss de Valnor. Junto a ella correrá varias aventuras y tendrá un encuentro con un extraño personaje que será el detonante del cambio del que hablaba unas líneas más arriba.

Van Hamme sigue entreteniendo con gran acierto y desarrollando el universo y los personajes de su creación y Rosinski sigue evolucionando (y encandilándome en la misma medida) historieta a historieta. Reconozco que, a pesar de la temática del cómic, disfruto mucho más de los argumentos que contienen menos elementos mágicos y fantasiosos y se centran más en la aventura clásica. Así pues, quizá mi álbum preferido de este integral sea el último, «La marca de los desterrados», donde Thorgal prácticamente no asoma por las viñetas y el protagonismo se centra en Aaricia, Loba y, sobre todo, Jolan, enfrentando todo tipo de penurias y peligros.

Continúa siendo un tebeo más que recomendable.

Incluye los álbumes:

17 – LA GUARDIANA DE LAS LLAVES

18 LA ESPADA-SOL

19 LA FORTALEZA INVISIBLE

20 LA MARCA DE LOS DESTERRADOS

Hoy en «VIDEOCLUB MIERDER»: SUPERSONIC MAN de Juan Piquer Simón (1979)

Nunca soñaste que Quique Camoiras apareciera en una película de superhéroes!

Vale, sí, Richard Donner nos hizo creer con su SUPERMAN que un hombre podía volar.
Pero Juan Piquer Simón fue el que nos hizo creer, con SUPERSONIC MAN, que un hombre podía convertir una pistola en plátano! Chúpate esa, Christopher Reeve!

Un año después del estreno de la primera (y la mejor?) película de superhéroes, el astuto Juan Piquer Simón se apresuró a rodar un film del mismo género, al mejor estilo explotation de la época, pero a la española/italiana. Con muchas similitudes con la película de Donner (e incluso metiendo algunas ideas que recuerdan a STAR WARS, anteriormente conocida como LA GUERRA DE LAS GALAXIAS), el osado realizador español tira de un Cameron Mitchell desatado para encarnar al villano, un villano algo disperso y discursivo que no parece tener las ideas muy claras, así como de viejos conocidos en su filmografía como el impertérrito Frank Braña o Jose María Caffarel. También apuntar que aparece una joven Marta Fernández Muro en la escena de la pelea del bar, y juraría que en el barco, uno de los secuaces de Mitchell, es el mismo Piquer Simón, pero no aparece acreditado.

Cameron Mitchell cumple con su papel de histriónico, aunque no muy inteligente, villano.

Para el protagonista, o debería decir protagonistas ya que Piquer nunca comulgó con el rollo de las gafas de Clark Kent, y quiso que fueran dos actores diferentes que encarnarán, uno al convertirse en el héroe con poderes (José Luis Ayestarán, que ha hecho de Tarzán en varias pelis donde, cuando se anda por las ramas, sólo se ve subido al mismo árbol, siempre en la misma rama, que estará a 1 metro del suelo, con un plano contrapicado, y sin moverse un milímetro; lo de las lianas y balancearse, para Tom Holland) y otro para su identidad secreta (el italiano Antonio Cantafora)… pero entonces… para qué la máscara???

El adorable robot que todos querríamos en nuestra vida.

La película, amenizada con una súper (sónica?) pegadiza sintonía, es una entrañable sucesión de entrañables desprópositos: que hay que sacar un submarino? Cogemos de la bañera el del nieto y lo filmamos en el bidé. Que molaría rodar el aterrizaje de un helicóptero? Pues filmamos el de los clicks de Playmobil (Famobil en aquella época) y lo mezclamos con planos de gente mirando y tapándose los ojos por el viento de las aspas.
Que el héroe tiene que levantar una pesada apisonadora? Pues pasando de cables o gatos hidráulicos, siendo Píquer valenciano, se saca una apisonadora de cartón-piedra de una falla y eso lo levanta hasta Quique Camoiras. Que necesitamos un robot asesino y letal? Pues hacemos uno con cajas de cartón que se mueve menos que un portero de futbolín y que asusta tanto como un gatito de 3 meses.

El encanto de estos films viene dado por su intención de hacer un buen producto con cuatro chavos y el enorme entusiasmo de su creador. Son buenas-malas películas y muy disfrutables por el espectador, sobre todo el nostálgico de videoclub de los 80/90 o de los cines de barrio (ok, boomer!).

Choque de leyendas: Supersonic man con el maestro del tebeo valenciano, José Sanchis

Como anécdota, comentar que la película tuvo su adaptación a cómic de la mano de José Sanchis, el creador de PUMBY, en la mítica Editorial Valenciana. En los primeros números se contaba la historia que relataba el film y en números siguientes se contaban nuevas aventuras del psicodélico héroe.

Imprescindible.

Apisonadoras ACME: quién diría que esta apisonadora no es real y pesa toneladas????

SPIRAL: FROM DE BOOK OF SAW (2021) de Darren Lynn Bousman

Chris Rock ante el un zurullo: el dibujado en la pared o el protagonizado por él mismo

Espiral o cagallón? He aquí la cuestión. Y es que es muy complicado diferenciar una del otro cuando hablamos de la última película (la novena, si no me equivoco) de la saga SAW.

Saga que no comenzó mal con el primer film dirigido por James Wan. Pero, a razón de seguir exprimiendo el éxito del original, cada vez con más excesos hemogoblínicos y más carencias argumentales e interpretativas, la cosa ha ido cuesta abajo.

No recuerdo si he visto todas las pelis de la saga, juraría que no, aunque me he tragado un buen puñado, así que no puedo afirmar categóricamente que SPIRAL es la peor de todas, pero desde luego no arriesgo nada si apuesto a que pilla pódium.

Lo que parecía ser, o yo esperaba que fuera, un replanteamiento de la agotada franquicia, es más de lo mismo (no por casualidad dirige D. Lynn Bousman, un habitual tras las cámara), por no decir peor.

Con un protagonista (más o menos) de caché, como Chris Rock y secundarios de la talla de Samuel L. Jackson y otras caras conocidas (Max Minghella «EL CUENTO DE LA CRIADA» o Marisol Nichols «24», «RIVERDALE») se marcan una especie de reboot, con un nuevo émulo de Jigsaw, con otras motivaciones (de patio de colegio, como casi todo en el guión) pero similares procedimientos, a cada cual más bestiajo.

El argumento es de traca, y sin destripar (chistaco!) demasiado, cuenta la historia de un policía defenestrado por sus compañeros al haber puesto al descubierto a un policía corrupto. A este policía, un Chris Rock desatado que interpreta un personaje antipático con el que en ningún momento sientes ninguna empatía, que mete sus gracietas y chistes pero de manera desafortunada y sin venir a cuento, le asignan un nuevo compañero (Minghella) y un nuevo caso del que parece ser un imitador del legendario Jigsaw.

Antes de la mitad del metraje ya sabes cuál va a ser el «sorprendente» final y quién el «misterioso» asesino. De una manera torpe y desastrosa, el propio realizador con la pretensión ocultarlo, te desvela la identidad del nuevo Jigsaw, pero lo que es peor: además de pensar que podía engañar a algún espectador, el tipo va y lo explica!! Por si acaso!!! Por si alguno no se había enterado y no había pillado su trampita (en serio, ni el truco de robarle la nariz a un niño), el señor Bousman explica pasito a pasito con breves flashbacks todo lo que durante la película era más que evidente. Y el final, menudo final… Supongo que para dar pie a otra secuela que, de corazón (y otras vísceras) espero que ojalá no se produzca.

Espiral o cagallón? Cagallón, sin lugar a dudas.

Brown spiral