Finalmente, gracias a los dioses y los astros (en realidad, ni a unos ni otros, sino a una persona a la que estaré eternamente agradecido y a la que por privado volveré a agradecer), pude asistir a la función de UNA NOCHE SIN LUNA en el Espai Rambleta de València, un teatro que cuida con mimo sus producciones y al que siempre es un placer volver.
Una función mágica. Hay que reconocer el gran trabajo en la dirección del gran Sergio Peris Mencheta, con el uso que hace de luces y sombras, con una sencilla puesta de escena y escenografía, sencilla pero impecablemente funcional, efectiva, potente, utilizada con una gran imaginación y talento.
Pero el gran protagonista es, junto a la figura del eterno autor y su palabra, el extraordinario don que posee para la interpretación el genial actor Juan Diego Botto. Es un verdadero monstruo (toma topicazo, pero tópico o no, así es) del escenario. Conozco su labor desde HISTORIAS DEL KRONEN, donde creo que le vi por primera vez, pero jamás había tenido el placer/privilegio de asistir un espectáculo en directo donde actuara. Y menudo espectáculo en sí mismo…
Desde el primer minuto que aparece en escena, se convierte en Federico García Lorca, es él. Y con su admirable capacidad para recitar su diálogo (siempre he alucinado con los actores/actrices de teatro, que han de hablar durante horas, más aún cuando no tienen compañero que les de pie o réplica) con tanta alma, capturando el interés del público, al que deja encandilado, sin habla, cambiando su tono de voz, su acento, la postura, para encarnar diferentes personajes (es asombrosa su capacidad para conseguirlo y cómo hace que parezca fácil algo tan complicado y meritorio), logra hacer que el espectador se emocione profundamente, se enoje, ría, tiemble, llore… piense, reflexione.
Ojalá, como el propio Lorca decía, el teatro, el buen teatro como esta UNA NOCHE SIN LUNA, llegara a todo el pueblo, a todos los rincones, a las escuelas, que se viera, que se pensara, que ayudara a recordar y reivindicar nuestra memoria, nuestra identidad.
Voy poco al teatro, demasiado poco y muchísimo menos de lo que me gustaría, por eso intento seleccionar minuciosamente las obras a las que asistir para acertar lo máximo posible. Con ésta ha sido como un bingo, una línea, una quiniela de pleno al 15 y el reintegro, todo junto. En serio, si tenéis oportunidad, no os la perdáis.
El Blog de Chicolini 
Mágica, magnífica! No tengo nada más que añadir a las acertadas palabras que definen esta gran obra.
Mis felicitaciones a todos los que la han hecho posible, y decir, que no olvidaré el entrañable rato que pasé esa tarde de sábado … ¡Cuánta falta nos hace a los espectadores de esto que llaman vida, encontrarse con experiencias así!
Gracias, ha sido un placer compartir el momento.
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